Placa Base
La placa base, también conocida como placa madre o
tarjeta madre (del inglés motherboard o mainboard) es una tarjeta de circuito
impreso a la que se conectan los componentes que constituyen la computadora u
ordenador. Es una parte fundamental a la hora de armar una PC de escritorio o
portátil. Tiene instalados una serie de circuitos integrados, entre los que se
encuentra el circuito integrado auxiliar, que sirve como centro de conexión
entre el microprocesador, la memoria de acceso aleatorio (RAM), las ranuras de
expansión y otros dispositivos. Va instalado dentro de una caja o gabinete que
por lo general está hecha de chapa y tiene un panel para conectar dispositivos externos y muchos
conectores internos y zócalos para instalar componentes dentro de la caja. La
placa base, además, incluye un firmware llamado BIOS, que le permite realizar
las funcionalidades básicas, como pruebas de los dispositivos, video y manejo
del teclado, reconocimiento de dispositivos y carga del sistema operativo.
Una placa base típica admite los siguientes
componentes:
• Uno o varios conectores de alimentación: por
estos conectores, una alimentación eléctrica proporciona a la placa base los
diferentes voltajes e intensidades necesarios para su funcionamiento.
• El zócalo de CPU es un receptáculo que recibe el
microprocesador y lo conecta con el resto de componentes a través de la placa
base.
• Las ranuras de memoria RAM, en número de 2 a 6 en
las placas base comunes.
• El chipset: una serie de circuitos electrónicos,
que gestionan las transferencias de datos entre los diferentes componentes de
la computadora (procesador, memoria, tarjeta grafica, unidad de almacenamiento
secundario, etc.).
Se divide en dos secciones, el puente norte
(northbridge) y el puente sur (southbridge). El primero gestiona la
interconexión entre el microprocesador, la memoria RAM y la unidad de
procesamiento grafico; y el segundo entre los periféricos y los dispositivos de
almacenamiento, como los discos duros o las unidades de disco óptico. Las nuevas
líneas de procesadores de escritorio tienden a integrar el propio controlador
de memoria en el interior del procesador además de que estas tardan en
degradarse aproximadamente de 100 a 200 años.
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